La Espondilitis Anquilosante (EA) es una enfermedad inflamatoria crónica, caracterizada por dolor y rigidez progresiva. Es parte de un grupo de enfermedades reumáticas denominado espondiloartropatías seronegativas (articulaciones vertebrales) que comparten el antígeno HLA-B27. La Espondilitis Anquilosante es seronegativos (suero negativo) debido a que un factor reumatoide no se detecta en la sangre del paciente (suero).
La Espondilitis Anquilosante es considerada hereditaria, aunque han sido sugeridos, también, los factores ambientales. La mayoría de las personas con el antígeno HLA-B27 no desarrollan EA. Se sabe que afecta más frecuentemente a los varones blancos que a las mujeres (alrededor de cuatro veces). El inicio se produce normalmente entre las edades de 15 y 45 años.
En las primeras etapas de la enfermedad, las articulaciones sacroilíacas (parte posterior de la pelvis) se inflaman y duelen. A medida que la enfermedad progresa, la osificación se desencadena por el mecanismo de defensa del cuerpo. La osificación puede afectar a los ligamentos, lo que causa Estenosis del canal espinal (estrechamiento) que, a su vez, puede resultar en déficit neurológico.
Otros síntomas pueden incluir:
La salud general e historia médica familiar es importante porque la Espondilitis Anquilosante puede ser hereditaria. La Espondilitis Anquilosante puede o no estar asociada con enfermedades como la uveítis (inflamación de los ojos), prostatitis (inflamación de la próstata) y de ciertos trastornos que afectan la función cardíaca y pulmonar. Un análisis de sangre revelará el antígeno HLA-BA27. Un examen físico, a menudo incluye la siguiente información:
Cuando la Espondilitis Anquilosante afecta a la columna torácica, la expansión del tórax normal puede verse comprometida. La expansión del tórax se mide desde la expiración profunda e inspiración completa. Medidas significativamente menores a una pulgada (expansión del tórax normal) podría indicar EA.
El rango general de movimiento mide el grado en que un paciente puede realizar movimientos de flexión, extensión, inclinación lateral y rotación vertebral. La asimetría también puede ser observada.
Evaluación neurológicaLa evaluación neurológica es obligatoria para pacientes con algún trastorno en la columna vertebral.
Son evaluados los siguientes síntomas: dolor, adormecimiento, parestesia (por ejemplo, hormigueo), sensación de las extremidades y la función motora, espasmos musculares, debilidad y cambios intestinales / vejiga.
Evidencia radiográficaLas radiografías simples (rayos X) son estándares para EA. Un escáner CT o MRI puede ser destinado a evaluar los huesos y tejidos blandos (por ejemplo, el canal espinal) con mayor detalle. Estas pruebas revelan los cambios en la columna vertebral afectada con EA;