AGRADECIMIENTO

Ada Maria Herrera

Quiero compartir mi eterno y profundo agradecimiento al Doctor ENRIQUE GOBBI y todo el EQUIPO DE COLUMNA del Servicio de Ortopedia y Traumatología del CEMIC.


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Llegué a la consulta con una cifoescoliosis severa, deformidad que doblo mi cuerpo hacia la derecha y hacia adelante; provocándome mucho dolor, al punto de incapacitarme. A través de una cirugía muy novedosa, con una técnica poco invasiva, y por ende muy poco agresiva, no sólo resolvieron mi patología sino que, además, me acompañaron para tener una recuperación óptima en tan sólo días. Reitero, Dr. GOBBI y EQUIPO DE COLUMNA de CEMIC: mi agradecimiento eterno.

AGRADECIMIENTO

Mabel Sosa Lamothe

Luego de quedar inmovilizada por más de 3 años debido a 2 intervenciones fallidas de columna con desprendimiento de implantes, al Doctor Enrique Gobbi del Grupo Médico Vertebral y al equipo que lo secundó, por su recuperación a sólo 4 meses de la primera consulta y a 3 de la cirugía efectuada en el CEMIC.

LA SOLUCIÓN TAN ESPERADA.

Silvia Tapia

Quiero contar la maravillosa experiencia que tuve con una cirugía que me realizó el Doctor Enrique Gobbi, para, tal vez, ayudar a otros pacientes que sufren dolencias insoportables, a que tomen la decisión y acepten esta opción como tratamiento y que en mi caso me devolvió la calidad de vida que desde hacía tanto, había perdido.


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Hace aproximadamente un año, comencé con molestias en el brazo izquierdo. No podía entender si eran musculares, posturales, si había sido producto de algún golpe, o un mal esfuerzo. Era una especie de electricidad, que además no siempre era en el mismo lugar. A veces me dolía el hombro, otras el codo, otras en el brazo o antebrazo.

Comencé a tomar analgésicos cuando dejaba de ser una molestia y empezaba a perturbar el dolor. Al principio resultaba, pero conforme pasaban los días y ya no hacían efecto (analgésicos de venta libre).

Recuerdo un día de junio, tomaba mate con amigas, y me agarraba las manos por detras del respaldo de la silla, porque no encontraba postura que destrabara ese dolor. Esa era la sensación, que estaba trabado y que seguramente con algún movimiento algo en el brazo iba a hacer click y se iba a pasar. Algo me apretaba un cable en el brazo que hacía que tuviera esas sensaciones.

Todos los movimientos que requerían que usara el brazo izquierdo sin apoyarlo me provocaba un dolor insoportable. Lavarme la cabeza se convirtió en un castigo, colgar la ropa en la soga o en una percha, ponerme crema en la cara, tambien.

En el mes de julio ya no podía destapar una botella de gaseosa, ni levantar una fuente de comida, ni dormir abrazada a mi marido.

La semana anterior al día del niño no dormí por 5 días y ya no encontraba postura que hiciera que ese dolor que ya era insoportablemente agudo, pasara.

Fui a la guardia de un sanatorio muy conocido 5 veces a la guardia en 3 días. Tenía la mano morada e hinchada de tal manera que casi había desaparecido mi alianza adentro de mi dedo. El traumatólogo que me atendió la primera vez me hizo sacar una placa de cervicales, me indicó que usara un collar de filadelfia me recetó ibuprofeno y me hizo aplicar un analgésico intramuscular. Me dijo que con eso iba a poder dormir y que sacara turno con un especialista de columna y me dio la orden para hacer una resonancia. Todo esto sin siquiera tocarme, como si en vez de dolor tuviera lepra.

Volví a mi casa, no dormí por el dolor y esa misma tarde volví a la guardia. Me recetaron diclofenac relax, valium y me dieron otra intramuscular con valium y ahora SI iba a dormir.

No dormí, sólo lloraba, creo que alucinaba, y pensé en que si me golpeaba lo suficientemente fuerte el codo contra la pared y lograba romperlo, tal vez doliera menos.

Volví a la guardia a la mañana siguiente. Y a la tarde siguiente, y a la noche siguiente. Lo único que hicieron fue cambiarme de analgésico. Algunos decían SI al collar, otros decían NO al collar. Si estaban de acuerdo en no tocarme ni siquiera la mano y el brazo para revisarme, tal vez temían al contagio.

La quinta fue la vencida y me internaron. Como paciente nunca supe qué cocktel tenía en la medicación endovenosa, pero podía pedir rescates de morfina cada 4 horas. El traumatólogo que me atendió, me dijo que segun la resonancia tenía una hernia de disco, y que lamentablemente para eso no existía en el mundo tratamiento alguno. Mientras estuve internada tuve dos sobredosis de morfina y una hepatitis medicamentosa. Mi única opción despues de 10 días de morfina fue hacerme un bloqueo del dolor. Lo hice y me dieron de alta. En casa mi medicación consistió en pregabalina 2 veces por día y tramadol cada 6 horas. A los 2 días tuve otra sobredosis y me cortaron toda la medicación.

A estas alturas ya había hecho los trámites para cambiarme de prepaga y atenderme donde sabía mi problema iba a ser resuelto. Igualmente fui a mi turno con el especialista de columna que ya tenía antes de haber sido internada. El dr. K me dijo que mi problema no tenía tratamiento, no era quirúrgico, y me mandó a hacer natación o deportes de bajo impacto.

Así lo hice y comencé a practicar acuagym. Soporté 2 clases. Cambié e hice natación. A pesar del dolor me esforzaba cada vez más creyendo que era parte de la rehabilitación. A los 2 meses estábamos como en julio, y supuestamente el bloqueo duraría un año.

Finalmente en diciembre llegó mi turno con mi salvador MI cirujano el DR. E.G. que me suspendió todo tipo de ejercicio físico, me medicó, ME REVISO y me dio las órdenes para realizarme T.A.C., RNM, electromiograma con potenciales evocados, 7 RX, y con todos los estudios en la mano (enero de este año) me dio un diagnóstico y una posible solución. 2 vértebras estaban apretando el nervio que iba para mi brazo izquierdo y la solución era separarlas y colocar un implante.

Me habló de los riesgos (que eran mínimos) y de los beneficios (que eran muchos), mi decisión fue instantanea y afirmativa. Yo quiero para mi la mejor calidad de vida que pueda tener, y lo que tenía eran sólo padecimientos.

El 9 de marzo me operó. Lo primero que hice cuando me desperté fue saludar como reina de la vendimia con mi nuevo brazo izquierdo. ESTABA FELIZ !!!!

El post operatorio no es sencillo y es incómodo, pero nada de lo que pasó despues se compara con lo que sufrí antes.

Hoy, 16 de abril, sigo usando collar de gomaespuma, que me lo saco cuando estoy en casa, cada 15 días me saco una placa que MI DR. E.G. revisa y me otorga un avance. En una semana tengo que volver a ir y seguramente tendré otro progreso.

Esta cirugía me cambió la vida, y ojalá muchos pacientes que soportan dolores espantosos día tras día, confíen en los profesionales adecuados, esos que orientan, contienen y hablan con sinceridad y empatía y logren animarse a una maravillosa rehabilitación.

Espero no haber sido demasiado extensa y aburrida. Pero quería contar mi experiencia.

Gracias a MI DR. E. G. y los profesionales que lo ayudaron conmigo.

¡GRACIAS!

Marí­a Cristina Isola

Fui operada de estenosis lumbar en Cemic el 15/2/19.


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No hay regalo que pueda retribuir el impecable trabajo del Dr. Gobbi y equipo quienes, usando una técnica poco invasiva, mejoraron mi calidad de vida. Al doctor Gobbi, por su vocación, profesionalismo, compromiso y su simpática tonada cordobesa que me recordó mis veranos infantiles en La Carlota, simplemente, ¡GRACIAS!.

GRACIAS DOC

MARIA MERCEDES CADENAZZI

Gracias Doc Gobbi y equipo del Cemic Saavedra Por devolverme mi vida con la cirugia mini invasiva.


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Por ver algo que nadie mas pudo ver durante un año que me pase viviendo con dolor haciendo derentes tratamientos y con muchos calmantes e inyecciones. Me entregue a sus manos porque me inspiro mucha confianza y ahora estoy acá de alta recuperando mis dias y mis noches normales y corriendo de nuevo

Claudia Cittadino

Claudia Cittadino

Soy montañista.


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Mi escoliosis avanzada me había dejado casi sin poder caminar por los dolores que eerimentaba. Gracias al Dr. Gobbi y su equipo recuperé mi movilidad. A los tres meses pude volver a caminar por la montaña y a los 6 meses estaba escalando nuevamente. Eternamente agradecida.

Tesimonio

Baamonde Ema Graciela

Estuve varios meses con un dolor de columna increible mal evaluadas mal diagnosticada hasta que Dios me puso a este angel en el camino.


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Me devolvio la vida.

Agradecer

Mirta caprioglio

Hace como 20 años q atiende prácticamente a toda mi flia solo palabras de agradecimiento Dr.


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Enrique Gobbi excelente profesional pero mejor ser humano con una calidez como pocos.Eternamente graciasssss

Gracias

Branz Silvia Ada

Como me dijo un colega suyo cuando me lo recomendó El Mejor Después de sufrir mucho tiempo tuve la suerte de que el querido doctor me operarse.


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Gracias totales Doctor

Columna

armando carlos braun

Enrique Gobbi es una Eminencia internacional y su equipo especialmente Máximo de Zavalia es fenomenal.


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Feliz de haber investigado aquí y en el exterior y terminar en sus manos. Me cambiaron la vida. Un éxito el diagnóstico y la operación. Unos fenómenos

Leila Neder

Leila Neder

Mis posibilidades de caminar eran inciertas mi lesión de casi un 90 de compresión de médula espinal fue un diagnóstico al que nadie se animó intervenir.


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Gracias a él hoy estoy de pié. Le estaré eternamente agradecida.

Agradecimiento

Albertina Paz

Siempre estuve enamorada de la vida y siento que ella me lo retribuyó con creces.


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Hoy a los 75 años cuando el cuerpo me impuso una acción un sabio cirujano me devolvió elar convirtiendo en pasajero lo que en otros tiempos hubiera sido inexorable. Ya puedo volver a la montaña y disfrutar de los cóndores y decirle: ´Siempre Gracias Dr. Gobbi y su equipo del Cemic por hacer magia con la ciencia´.