Una fractura vertebral por compresión se produce por delante o lateralmente. A la vista, la vértebra afectada se asemeja a una cuña. Estas fracturas son más frecuentes en la columna dorsal, que es bastante rígida y muestra sólo unos pocos grados de flexión y extensión. A pesar de que la columna torácica mantiene una amplia gama de torsión (capacidad de girar) responde pobremente al movimiento definido como hiperflexión (más allá de los límites normales).
Las fracturas vertebrales por compresión, en general, se presentan sin afectación neurológica. Las mismas son consideradas graves cuando la fractura afecta a las vértebras adyacentes, el acuñamiento anterior es del 50%, la hipercifosis es grave (inclinación hacia adelante) o se percibe un fragmento de hueso sospechoso en el canal espinal. En este último caso, pueden presentarse síntomas y signos de mielopatía (disfunción de la médula espinal).
Diagnóstico
Las fracturas vertebrales por compresión requieren atención médica inmediata por parte de un especialista en columna vertebral. El examen físico incluye una evaluación neurológica motora del paciente (función), sensorial (sensación) y respuestas reflejas.
Se puede ordenar una resonancia magnética si se sospecha de traumatismo de tejidos blandos o hematomas (coágulos de sangre). El examen físico y neurológico, junto con los estudios radiológicos, son evaluados al hacer el diagnóstico.
Tratamiento
Las fracturas vertebrales por compresión afectan a la altura del cuerpo vertebral. Esta reducción de la altura se cuantifica para ayudar al especialista a determinar el tratamiento a seguir. Si la pérdida de altura del cuerpo vertebral cae en el rango del 10-30%, el tratamiento es moderado. Esto incluye reposo en cama con hiperextensión de las vértebras afectadas. Durante el reposo, si el progreso es bueno después de unos días, el paciente puede permitirse caminar y comenzar la terapia física.
Cuando la pérdida es en el rango del 30-50%, el tratamiento incluye control radiológico para reducir la fractura. El paciente se pone una chaqueta de yeso durante 45 días, seguido de un aparato ortopédico durante los próximos 2 meses para mantener la reducción de la fractura. La terapia física continúa. La cirugía está indicada cuando la pérdida de altura es superior al 50%. Puede ser utilizada instrumentación espinal para restaurar la altura perdida.
Cirugía
Quirúrgicamente, el tratamiento de la fractura vertebral por compresión incluye la restauración de la altura vertebral y proporciona estabilidad a la columna vertebral, utilizando instrumentación y fusión. La instrumentación y fusión espinal se pueden utilizar para garantizar la estabilidad permanente de la columna vertebral. Estos procedimientos se unen para consolidar el nivel en el que un elemento de la columna vertebral ha sido dañado o destruido. El uso de hardware diseñado médicamente, como barras y tornillos, se puede combinar con la fusión espinal (Artrodesis) para unir de forma permanente dos o más vértebras.
Recuperación
El dolor post-operatorio y/o malestar es factible. La analgesia controlada por el paciente le permite controlar el dolor sin la ayuda de personal del hospital. La misma es finalmente reemplazada por medicación oral.
El paciente puede animarse a levantarse y caminar al día siguiente. La actividad mejora la circulación y la curación. La terapia física se incluye después de la operación y permite al paciente desarrollar fuerza, flexibilidad e incrementar el rango de movimiento. El paciente debe continuar la terapia física, en forma ambulatoria, por un período de tiempo determinado. Además, el terapeuta ofrece al paciente un programa personalizado de ejercicio.
Antes de salir del hospital, el paciente recibe instrucciones por escrito y prescripciones para la medicación que necesitará. El cuidado del paciente continúa con chequeos posteriores por parte del especialista en columna vertebral.